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MANEJO DEL DUELO

Cuando nuestras mascotas fallecen, nos damos cuenta que se ha marchado quien era nuestro cómplice más fiel, compañero que se acurrucaba a los pies de la cama, el primero en despertarse y el último a quien dábamos las buenas noches. ¿Cómo no sufrir por su pérdida?

En el centro de esta situación está la necesidad de que nuestras emociones pasen por el proceso de duelo, cada persona de su familia, incluso aquellos que parezcan estar bien o que no estén dispuestos a admitir su pérdida, tendrán que hacerlo; el cambio en la dinámica de su familia es real y nunca será lo mismo, por todas estas razones, deben darse cuenta de que está bien afrontar la pérdida y está bien hacer esto juntos como familia.

Es importante abordar este tema y debemos utilizar algunos recursos para afrontar la muerte de nuestras mascotas, pues cuanto más significativa haya sido para nosotros, más intenso será el dolor emocional, el papel que jugó en la vida de su amo también puede tener un impacto muy importante. Por ejemplo, si la mascota era un perro de trabajo (un perro guardián) de servicio o de terapia, la persona no solo sufrirá la pérdida de un amigo, sino también la de un compañero de trabajo, de su independencia o de su capacidad emocional.
Si la persona vivía sola y la mascota era su única compañía, aceptar la pérdida puede ser aún más difícil y si no pudo pagar los tratamientos veterinarios para prolongar la vida de su mascota, es probable que sienta un profundo sentimiento de culpa.

El nivel de dolor que se experimenta dependerá además, de diferentes factores como la edad y la personalidad, el tiempo que vivió la mascota y las circunstancias de la muerte.

Independientemente de las circunstancias de la muerte de la mascota, se debe tener en cuenta que la pena es personal, por lo que no se debe tener vergüenza por cómo se siente, o creer que es inapropiado llorar por una mascota.

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La Despedida

La mejor manera en que puedes honrar a tu mascota es despedirla teniendo un verdadero funeral para ella, este es una parte muy importante del proceso de sanación, permite reconocer la muerte y al mismo tiempo hacer algo para ayudarte a superar la pérdida; puede crear un funeral que se ajuste al sistema de creencias de su familia, incluso compartir palabras y recuerdos ceremoniales.

Este puede ser un evento formal donde todos estén invitados a asistir o puede ser menos formal y simplemente ser unos momentos donde todos se unen para recordar y despedir a ese ser querido, tómese el tiempo para programarlo, escriba lo que quiere decir y lo que sucederá durante el período de tiempo.

Ten en cuenta algunas recomendaciones importantes:

>> Invita solo a aquellos que sabes que respetarán tu dolor y la forma en que te sientes en este momento.

>> Comienza con una oración de apertura o una canción simple que te ayude a establecer el tono de la ceremonia.

>> Reúne a las personas en círculo o toma las manos, asegúrate de que todos estén cómodos.

>> Di algunas palabras sobre por qué estás aquí y la importancia que este tipo de evento tiene para ti.

>> Habla sobre lo que tu mascota significó para ti, comenta su vida y qué valor aportó a tu familia.

>> Permite a quien quiera hablar sobre tu mascota de la misma manera, permíteles compartir lo que sea importante o valioso para ellos sin ningún tipo de juicio.

>> Asegúrate de que haya una oración de cierre o un pensamiento dicho por ti u otra persona allí, así estamos seguros de que haya una verdadera acción de cierre para ayudar a finalizar este sentimiento.

>> Personaliza este tipo de experiencia para satisfacer tus necesidades y pensamientos únicos.

Afrontar su muerte supone tener que pasar por un duelo muy parecido al que atravesamos cuando perdemos a una persona, el vacío que provoca la pérdida de gran parte de nuestra alegría es un abismo que antes ellos llenaban con la felicidad de lo cotidiano, formando parte de nuestra rutina, y en ocasiones, hasta de nuestro desahogo personal.

Una experiencia individual

Para muchas personas, el dolor por la pérdida de una mascota se presenta en etapas, en las que se experimentan sentimientos diferentes como la negación, la ira, la culpa, la depresión y, finalmente, la aceptación; en otras personas el dolor es más cíclico, viene en oleadas o en una serie de altibajos. Es probable que al principio el dolor sea más profundo y que luego, paulatinamente, se vuelva menos intenso.

El proceso de duelo ocurre de manera gradual, no puede ser forzado o apresurado y no hay un cronograma ‘normal’ para superarlo; algunas personas comienzan a sentirse mejor en semanas o meses, para otros, el proceso de duelo puede durar años.

Cualquiera que sea la experiencia de duelo, es importante ser paciente consigo mismo y permitir que el proceso se desarrolle de forma natural.

No te sientas culpable

Una de las etapas iniciales del duelo es sentirte culpable y responsable por la muerte de ella, evite preguntarse y pensar sobre qué habría pasado si hubiera hecho las cosas de manera diferente; hacerlo solo le pondrá peor y hará que sea más difícil superar el duelo.

Evita obsesionarte

Has hecho todo lo mejor por ella y ten por seguro que tu mascota, agradecerá sobre todo ese amor que se lleva consigo, su vida ha sido plena y ha sido gracias a ti.

Expresa tus sentimientos

Sentirse triste, conmocionado o solo es una reacción normal ante la pérdida de una mascota, exhibir estos sentimientos no significa que seas débil o que tus sentimientos de alguna manera están fuera de lugar. Simplemente, significa que estás de luto por la pérdida de un animal que amaba, por lo que no deberías sentirte avergonzado.

Siéntete libre para llorar y para expresar

Hay quienes no aceptan que su sufrimiento se debe al hecho de haber perdido a su mascota, de que esta ha fallecido; no importa si es un perro, un gato, un ave o cualquier otra mascota.

Es un ser vivo que formaba parte de nuestro día a día, de nuestro corazón, así pues, no tengas temor en ponerle palabras sinceras al dolor que sientes; es verdad que no todo el mundo le entenderá, pero habrá personas que sí lo harán y que de otra manera no podrían.

Enfrente el dolor

Tratar de ignorar su dolor o evitar que aparezca solo lo empeorará a largo plazo, para una sanación real es necesario enfrentarlo y tratarlo activamente. Al expresar su dolor, es probable que necesite menos tiempo para sanar que si lo retiene u oculta. Escriba sobre sus sentimientos y hable de ellos con otras personas que simpaticen con su pérdida.

El que el resto de personas lo entiendan o no, es su problema

Tu realidad es suya y como tal, debes sentirla, tratarla, vivirla y gestionarla, vamos a vivir el mismo duelo que con cualquier otra pérdida.

Si tus amigos y parientes no simpatizan con este tipo de pérdida, busca a alguien que se sienta familiarizado con la situación, a menudo otra persona que también ha experimentado la muerte de un animal querido puede comprender mejor lo que está pasando.

Pon un nombre a cada emoción

Expresa en palabras lo que viene a tu mente cuando la recuerda, sobre todo, evite sentirse culpable, hay veces que cuando fallece una de nuestras mascotas nos preguntamos si podríamos haber hecho más, si nos hemos equivocado en algo.

No te quedes con el sufrimiento de los últimos días, con esa enfermedad o ese declive, sino con esos sentimientos que despertó en Ti, con lo mejor de su mascota, con aquello que te hizo ser más humano, más persona, él o ella quien te enseñó lo que es el cariño más incondicional.

Sonríe cuando piense en él o ella.

Aprende a vivir con las rutinas

Debes tener muy claro que lo que más te va a costar es gestionar el dolor al tener que seguir con las rutinas, pues era nuestra sombra, nuestro cómplice, nuestro espía y nuestro pequeño ladrón de abrazos, juegos y caricias, por eso no debes evitar dichas costumbres, especialmente los primeros días.

Si al llegar a casa te sentabas en el sofá con él o ella, siga haciéndolo, si salían al parque a pasear a ciertas horas, házlo durante unos días; esta va a ser una forma de despedida, de decir adiós pero guardando en su memoria los mejores recuerdos. Piensa en cómo lo recibía, en cómo paseaba a su lado, quédate con esos buenos instantes para dejar que otras rutinas lleguen poco a poco a su día a día.

Tu amigo no puede sustituirse

No lo hagas, cuando fallezca una de sus mascotas no procedas de inmediato a buscar otro animal al que adoptar para aliviar el dolor, los animales, como las personas, no pueden sustituirse.

Tu perro, Tu gato, Tu ave es único, con sus matices, con su carácter, con todo aquello que le ha aportado, dejará una impronta en su memoria.

Permite que pase el tiempo que necesites antes de adoptar de nuevo, si así lo deseas, porque nunca se tratará de sustituir o de llenar el vacío con otra vida; cada animal es excepcional y nos enriquecerá con su presencia, con su aliento, con su alegría.

Tu vacío no podrá llenarse nunca, pero, con el paso del tiempo, el dolor y la pena se aliviarán. Y, cuando llegue el momento, es posible que te sientas preparado para abrir tu hogar a una nueva mascota necesitada de una familia que la quiera.

Y recuerda… dice una leyenda que cuando un humano acoge y protege a un animal hasta su muerte, un rayo de luz guía su vida para siempre.

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«Nuestros compañeros perfectos nunca tienen menos de cuatro patas.»

-Colette-

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